Desconocido, bello y salvaje, el espacio natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona alberga todos los valores que le harían merecedor de la figura de Parque Nacional.
Con una amplísima superficie de más de 226.000 Hectáreas, el Valle y sus Sierras (consideradas parte de la extensa Sierra Morena que separa Castilla de Andalucía) se extiende de Oeste a Este desde la histórica villa de Almadén hasta la pequeña localidad de San Lorenzo de Calatrava, en la confluencia de Sierra Madrona, la Sierra de San Andrés y la Sierra de Puertollano.
Nota del autor: La presente información fue redactada en Enero del 2008. En el mes de Marzo de 2011 el espacio natural que conocemos como Valle de Alcudia y Sierra Madrona fue declarado Parque Natural por el Gobierno Autonómico de Castilla-La Mancha. A pesar de ello la información que viene a continuación, revisada en Febrero del 2017, sigue teniendo validez actual.
Paisaje en el río de la Cabra, Valle de Alcudia Occidental
El Valle, propiamente dicho, tiene una longitud de 100 km. y una anchura media de 11 km., estando cercado al norte por la Sierra de la Solana y al Sur por la Sierra de la Umbría. De esta forma queda configurado un espléndido paisaje adehesado de encinas, alcornoques y robles considerado por muchos como el más bello de toda Castilla-La Mancha.
Dehesas del sector oriental del Valle de Alcudia
Solar antiquísimo, como queda atestiguado por las pinturas rupestres de Peña Escrita, fue hollado por cartagineses y romanos, que extrajeron de su subsuelo plomo, plata, carbón, bermellón y mercurio, con la mayor explotación mineral de cinabrio del mundo, la mina de Almadén, activa hasta hace pocos años.
Visigodos, árabes (que le pusieron el nombre de Fahs-al-Ballut o "llano de las bellotas"), caballeros calatravos y castellanos dejaron su marcada huella en este enclave, modificando su fisonomía al deforestar gran parte del mismo y utilizar la madera del bosque original como combustible para las minas de azogue, pero también como material para la construcción y mantenimiento de la gran Armada Española de los Siglos XV al XVII.
Pero fue la deforestación sufrida a manos de los ganaderos, que en busca de pastizales talaron grandes zonas de arbolado, la que más marcadamente dejó su huella en el Valle de Alcudia, otorgándole esas grandes extensiones adehesadas que hoy, junto a la centenaria transhumancia de ganado, suponen uno de los mayores atractivos estéticos y culturales de la comarca.
Meandros del Montoro
Así, el viajero que se adentre entre estos bellos encinares, alcornocales y rebollares estará reviviendo fielmente el paisaje que Don Quijote de La Mancha recorriera en sus muchas andanzas, aspecto este que ha quedado inmortalizado por la pluma de nuestro más grande escritor, Don Miguel de Cervantes, en los muchos pasajes de sus libros donde abundan citas de los más bellos enclaves del Valle, como la Venta del Molinillo y la Venta de la Inés (en "Rinconete y Cortadillo"), la Fuente del Alcornoque y la Batanera (en el mismo "El Quijote"), o la Venta de Tejada (en "La Ilustre Fregona"). Un valle y unas sierras que aúnan la naturaleza más salvaje y las esencias de todo un pueblo en el que es considerado el lugar más bello de La Mancha.
Venta de la Inés
VIDA SALVAJE
Con más de 160 especies de aves catalogadas, 45 de mamíferos, 21 de réptiles y 29 de peces y anfibios, el Valle de Alcudia y Sierra Madrona parecería uno de los espacios más ricos en vida salvaje de Castilla La-Mancha, pero si consideramos la práctica ausencia de grandes humedales en esta vasta área (más de 226.000 Hectáreas), y la ausencia de otros hábitats como las grandes estepas, esta aparente riqueza natural debería inducirnos a reflexionar sobre la verdadera importancia que el Valle de Alcudia tiene como espacio para la vida salvaje:
Más de 20 parejas de Águila Imperial Ibérica suponen un área más importante para la supervivencia de esta especie que el mismísimo P.N. de Doñana.
7 parejas de Cigüeña Negra (que en época de migración pude llegar a concentrar más de 100 individuos en la zona Oeste del Valle), 140 parejas de Buitre Negro, 7 parejas de la escasa Águila Azor-Perdicera, 15 de Águila Real y la abundante presencia de especies emblemáticas como el Alimoche, el Águila Calzada, el Halcón Peregrino, el Águila Culebrera o la Cigüeña Blanca, hacen de este espacio una de las mejores áreas para el avistamiento de aves de toda la Península Ibérica.
Águila Imperial juvenil
A ello hay que añadir las grandes gruiformes (Avutardas y Grullas) y los pequeños habitantes de los bosques de ribera y los grandes roquedos de las sierras.
Su riqueza botánica tampoco encuentra parangón en España: más de 1.000 especies vegetales catalogadas, muchas de ellas estrictamente protegidas, como el Narciso de Sierra Madrona (Narcissus muñozii-garmendiae) o la Atrapamoscas (Drosophylum lusitanicum).
Liga Atrapamoscas, endemismo ibero-magrebí
Pero son sin duda los mamíferos las joyas del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, especialmente 2 de los más vulnerables y singulares de toda Europa: el Lince Ibérico, el felino más amenazado del planeta, que cuenta junto con las Sierras de Andújar y Cardeña con la población más importante de España, y el Lobo, cuyo núcleo de la salvaje Sierra Madrona-Sierra Quintana es el único que podemos encontrar en todo el Sur Peninsular. Mención aparte merecen las poblaciones de Cabra Montés de Madrona y de diversas especies de Murciélagos que encuentran aquí los refugios más importantes de Europa.
Cabra Hispánica
EL GRAN ESPECTÁCULO: LA ENCINA MILENARIA
La "Encina Milenaria", en la finca de Hato Blanco, es uno de los árboles más espectaculares de España y uno de los más singulares que podemos encontrar en el Valle de Alcudia. Su copa tiene tales dimensiones que también es conocida como la "Encina de las Mil Ovejas", pues se calcula que este es el número de ejemplares ovinos que se pueden refugiar bajo su sombra.
La Encina Milenaria
En Sierra Madrona también podemos encontrar otras maravillas botánicas como el venerable roble conocido como "el Abuelo", el roble "de Valmayor", los quejigos y alisos del Cereceda, o el gran alcornoque de las Lastras.
UN PARAÍSO SIN PROTECCIÓN
La desprotección del Valle de Alcudia y Sierra Madrona constituye una de las mayores paradojas que la historia natural de España nos puede ofrecer.
Este enclave, pleno de una naturaleza desbordante, último refugio de la población más meridional del Lobo en toda Europa, área vital para la supervivencia de las dos especies más amenazadas y emblemáticas de la vida salvaje ibérica (el Lince y el Águila Imperial), espacio lleno de referencias y significados históricos que entroncan con la esencia más profunda de España (cartagineses, romanos, visigodos, árabes, calatravos y castellanos dejaron aquí profundas y visibles huellas), con su devenir económico (la explotación de las minas de Almadén que se remonta a la época romana y que marcó la evolución imperial de España y Europa desde los tiempos del emperador Carlos V; la importancia que jugó La Mesta en la economía castellana durante más de 5 siglos y que tenía los más importantes cuarteles de invernada de ganado lanar en Alcudia), y con la obra más inmortal y reconocida de toda la literatura en lengua castellana (pues son estos lugares los que Cervantes hiciera recorrer en muchas de sus andanzas a Don Quijote, y sin duda los más parecidos a los auténticos parajes de La Mancha antigua), pues bien, este maravilloso y antiquísimo lugar se encuentra, todavía hoy en día, amenazado y sin protección.
Haber sido declarado Parque Natural, LIC (Lugar de Interés Comunitario), ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), IBA (Área de Importancia para las Aves) y gozar de numerosas Microrreservas y Monumentos Naturales no hacen de este paraíso un espacio protegido, al contrario, lo convierten en un espacio vulnerable a los muchos abusos que contra nuestro patrimonio natural e histórico se vienen cometiendo desde dentro y fuera de España por los que tienen como máximo deber su salvaguarda para las generaciones de hoy y de mañana.
Así, en los últimos años, el Valle de Alcudia ha sufrido un ataque sin parangón en toda su historia con el cierre de caminos históricos y el acceso a algunos de sus lugares más emblemáticos, como la Encina Milenaria, la Fuente del Alcornoque, la Cueva de la Venta, el Molino de Flor de Ribera, el proyecto de cierre de los caminos históricos de Fuencaliente -amparado por el cada vez más poderoso colectivo de cazadores-, la demolición y cierre del poblado minero histórico de Las Tiñosas -único tanto por su singularidad históriza cultural como por su sin par patrimonio natural-, la cada vez mayor degradación de espacios naturales tan bellos y espectaculares como el paraje de Las Lastras en el río Cereceda... toda una triste y vergonzosa paradoja para un Parque Natural que, con su declaración y, sobre el papel, protección, parace haber sucumbido bajo las garras de la especulación cinegética y de la barbarie de los que sólo entienden la naturaleza como medio en el que expresar su falta de educación, cultura y orgullo local. Toda una serie de hechos que deberían inducir a reflexión y rectificación a los que rigen los destinos del Parque Natural y cuya misión, hasta ahora, sólo cabe catalogar como de un profundo, dramático y tristísimo fracaso.
Hoz de Río Frío
Y como reza el aforismo, como muestra un botón: el intento de construcción de la autopista de peaje que uniría las ciudades de Puertollano y Córdoba pasaría a dividir en dos el Valle afectando a muchos de los enclaves más singulares y amenazados del mismo, poniendo en peligro la viabilidad de hábitats valiosos para la supervivencia y dispersión del Lince Ibérico, el Lobo, el Águila Imperial, el Buitre Negro, la Cigüeña Negra y el Águila Azor Perdicera (la segunda rapaz más amenazada de la Península Ibérica) y de varias especies de Murciélagos, lo que constituiría un atentado ecológico y paisajístico sin parangón en Europa que se perpetraría con la excusa de ahorrar 38 kilómetros (19 minutos) del trayecto automovilístico entre Madrid y Córdoba.
Creo que este párrafo que viene a continuación es importante y que merece ser leído detenidamente nuestras autoridades: cualquier espacio en Europa que gozara de la presencia de Lobos, Linces y Águilas Imperiales en su interior obtendría de inmediato su catalogación como Parque Nacional, y es por ello que resulta del todo inexplicable, en la España del Siglo XXI que se enorgullece de su inigualable patrimonio natural, que el Valle de Alcudia se encuentre todavía hoy abandonado a su suerte o a la irresponsable actuación privada que parece haber hecho de España su coto de caza particular, sin importar el desfalco patrimonial y natural que se hace a todos los que amamos la naturaleza ibérica.
Autor: Natura Indómita. Ene-2008. Revisado Febrero 2017.
DATOS ÚTILES
Distancia: 75 km. desde Almagro (Almodóvar del Campo). 45 minutos..
Localización: Términos municipales de Mestanza, Solana del Pino, Hinojosas de Calatrava, Cabezarrubias, Brazatortas, Almodóvar del Campo, Alamillo, Almadén, Almadenejos, Fuencaliente y San Lorenzo de Calatrava.
Coordenadas: 38º 42′ Norte (latitud) 4º 10′ Oeste (longitud). Almodóvar del Campo.
Superficie: 226.300 Hectáreas
Figuras de Protección: Parque Natural, Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), Diversas Reservas, Microrreservas y Monumentos Naturales.
Estado de Conservación: Vulnerable.